Cada vez son mas las noticias que se hacen eco del maltrato que  niños y niñas en edad escolar sufren por parte de sus compañeros de colegio dentro o fuera de el. Muchos son los que recuerdan de su etapa escolar, de algún chico o chica que fuera sometido a cualquier tipo de bromas, vejaciones o agresiones, pasando desapercibidas por el colegio y/o los familiares. El maltrato, en todas sus modalidades, en el que se ven implicados los niños se ha visto agravado en los últimos tiempos por las nuevas tecnologías y las redes sociales, haciendo en muchos casos que la victima no solo sea agredida y humillada en tiempo real, sino que ademas, pueda ser visto por internet y a través de dispositivos móviles por otras personas.

El origen de este acoso en edades tan tempranas es variado, dándose indistintamente en cualquier centro escolar, y ante cualquier tipo de población. Nos encontraríamos en estos casos la figura de la victima, y del acosador, pudiendo ser uno o mas individuos. La peor parte, sin duda, la recibe la persona que recibe el acoso, pudiendo ser este verbal (el mas habitual), físico, psicologico, social, etc. a lo largo del tiempo, y sin motivo alguno. El perfil de la victima es muy heterogéneo, pudiendo sufrirlo cualquier niño o niña por puro azar, aunque siempre habría que valorar factores de vulnerabilidad, como puede ser pertenecer a un grupo étnico o cultural minoritario, sufrir alguna discapacidad física o psíquica, padecer algún trastorno de aprendizaje, o haber sufrido con anterioridad acoso escolar.

“En la mayoría de los casos una baja autoestima es lo que esconde un acosador”

Por la otra parte, la del acosador, un perfil con una muy baja autoestima, que necesita de la humillación y hostigamiento de la victima para ser reconocido a nivel individual y social. Con una personalidad impulsiva, con tendencia a la violencia, carente de empatía y con bajo autocontrol, de manera muy resumida, lleva al agresor a suplir las carencias afectivas y emocionales que tiene, a acosar en el centro escolar a aquellos que demuestren poca resistencia a sus agresiones y a los que se encuentren en desventaja.

Las consecuencias del acoso escolar son varias  para la persona que lo sufre, ansiedad y frustración, baja autoestima, fobia y/o fracaso escolar, etc, teniendo como resultado mas grave el suicidio de la victima, consiguiendo poner lamentablemente, la voz de alarma en la sociedad a través de los medios de comunicación. Poco a poco. la sociedad y la población infanto-juvenil se va concienciando de las consecuencias negativas que supone no poner en conocimiento de las personas competentes el acoso que puedan sufrir ellos o personas de su entorno. La mejor forma de prevenir el acoso es una educación en valores por parte de la familia y el entorno social, y un ambiente libre de violencia.