La depresión es un problema bastante común en nuestra sociedad. Por diversas razones, tanto biológicas como consecuencia de algún problema mayor, hacen que la persona se suma en una profunda tristeza que le incapacita para su rutina diaria.
Es necesario que en la persona se de como mínimo uno de estos dos síntomas, en un periodo mínimo de dos semanas:
- Estado de animo deprimido la mayor parte del día,
- Perdida de interés o placer por todas todas o casi todas las actividades diarias.
Ademas de dificultades en otras áreas como pueden ser: deterioro en las relaciones personales, problemas de sueño, falta de energía, perdida de apetito, distorsiones cognitivas, etc.
El pasar por un periodo de decaimiento emocional no es sinónimo de depresión, ya que todos, en cualquier momento de nuestra vida, podemos atravesar situaciones (perdida de un ser querido, enfermedades, etc) que nos hagan situarnos en un plano de vulnerabilidad a la depresión, sin llegar a padecerla. Solo cuando se cronifica en el tiempo y lleva asociado varios de los síntomas descritos anteriormente, se puede hablar de depresión.
Hay una alta tasa de recuperación de la depresión (aproximadamente un 75 %), siendo uno de los tratamiento mas eficaces para su tratamiento la terapia cognitivo conductual. Hay que decir que este trastorno, aunque sea uno de los que mas incapacita a nivel personal, social y laboral, suele tener por norma general una buena respuesta a los tratamientos, siendo a veces necesario la combinación terapéutica con la farmacológica.