Hace mas de 2000 años ya se podía leer en los relojes solares de la civilización romana la frase tempus fugit, el tiempo se escapa.  Y nunca mejor dicho. Desde tiempos remotos, el tiempo ha sido para el hombre un factor clave en su desarrollo personal, biológico, cultural, etc., siendo testigo mudo del paso de las generaciones y de los cambios experimentados por estas.

Desde entonces mucho ha cambiado el concepto de tiempo de aquellas generaciones hasta las nuestras. Hoy nos encontramos en sociedades occidentales como la mayoría de las personas viven esclavas del tiempo, y no compañeras eventuales de el. El trabajo, la familia, los hijos, y otras obligaciones, hacen que las personas sientan una necesidad urgente de vivir en sus ratos de ocio, intentando sacar el máximo provecho a los días, incluso horas, de las que disponen para descansar y disfrutar de las pequeñas cosas que les rodean.

Es a partir de esta sensación de falta de tiempo donde surgen muchos de nuestros problemas, tanto a nivel personal como familiar, social, etc., provocando en muchos de los casos estados de ansiedad y/o estrés. Las duras jornadas laborales, en las que se exigen a los trabajadores dedicación plena tanto física como mental, compaginada con las obligaciones familiares, o sociales, hacen que las personas nos centremos mas en un futuro próximo que en el momento presente. Ejemplos de esto los hemos sufrido todos en algún momento, las ganas de que no solo lleguen las ansiadas vacaciones de verano, sino cualquier puente que nos sirvan para reponer fuerzas, los inconvenientes que pueden surgir cuando se termina esa actividad extraescolar en la que teníamos apuntados a nuestros hijos o hijas, y que nos hace buscar niñeros, el cuidado de nuestros padres cuando presentan un problema de salud, y que no vuelven a poner en situación de buscar soluciones para que no se nos altere nuestra rutina en nuestro futuro mas próximo, y así un largo etcétera que nos hace perder el momento del presente en busca del mañana…

Es importante que las personas dediquen una parte del tiempo diario a su cuidado personal, tanto mental como físico, para poder responder mejor y de manera mas eficiente a la exigencias del día a día, no solo las relacionadas con el ámbito laboral, que a muchos les hace creer que sin duda son las mas importantes, sino a las que la propia vida va poniendo de manera aleatoria a cada habitante de este planeta. También saber que cada minuto que no le dedicamos a nuestros hijos/as, a nuestros padres, o a nuestros familiares y/o amigos, es un tiempo que no lo vamos a poder recuperar. Una falsa creencia, apoyada por el adelanto en la investigación medica y farmacéutica, y que nos prolonga la vida en la mayoría de los casos, -perdiendo de vista que en cualquier momento podría ser el ultimo-, junto con los mensajes que las grandes empresas nos mandan para un consumismo material voraz, hacen que perdamos la esencia de lo mas importante de nuestras vidas, el tiempo compartido con los demás, o con nosotros mismos, y que hacen cada vez sociedades mas individualizadas y competitivas.

Planificarse el tiempo destinado a cada actividad diaria, así como no sobrecargarse de tareas mas a allá de las necesarias, nos permitirían poder invertir y compartir el tiempo en actividades gratificantes para nosotros y el poder compartirlas con las personas que mas queremos.  Sin duda, y como decían hace cientos de años, el tiempo se escapa.